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Portadilla Nº 1
Reportajes y Entrevistas
Sección General


JUAN MOLLÁ, PRESIDENTE DEL CENTRO ESPAÑOL DE DERECHOS REPROGRÁFICOS, ENTIDAD DE AUTORES Y EDITORES

"Internet no debe aceptarse como una 'tierra de nadie' donde cualquier obra pueda ser manipulada y copiada a voluntad"


Por MARI CARMEN CUARTERO

Defender los derechos de autor es, desde siempre, una necesidad profundamente sentida por quienes han ligado sus vidas al esfuerzo de crear y difundir el pensamiento, la ciencia y la cultura.

Esta defensa, que significa sobre todo el apoyo de la sociedad a su propio progreso, se ha desarrollado y se ha ido enriqueciendo a lo largo de los siglos XIX y XX a través de la publicación de normas legales, tanto en España como en el resto del mundo.

Sin embargo, la aparición y rápida difusión, a partir de los años sesenta, de la fotocopia (avance de innegable importancia para la sociedad), supuso un contundente ataque a los derechos de autor que provocó un cambio cualitativo en la relativamente cómoda situación anterior.

Juan Mollá

El uso indiscriminado de fotocopias de publicaciones ocasionó graves perjuicios a los derechos de autor, produjo pérdidas de miles de millones de pesetas, serios quebrantos económicos a los autores y puso en peligro la continuidad de muchas empresas editoriales.

Esta situación dio lugar a que, a partir de los años setenta, en gran cantidad de países desarrollados se tomaran medidas legales para proteger el derecho de propiedad intelectual de la amenaza que suponía la fotocopia masiva e incontrolada de todo tipo de publicaciones.

En este contexto y al amparo de la Ley de Propiedad Intelectual española, nace en 1988 el Centro Español de Derechos Reprográficos (CEDRO), Entidad de Autores y Editores, una asociación sin ánimo de lucro que gestiona y protege los derechos de autor generados en el ámbito de la copia reprográfica de obras impresas.

Es especialmente relevante señalar que CEDRO nació para defender de forma colectiva los legítimos derechos de autor de escritores y editores, ya que a los creadores les resulta imposible solucionar de forma individual y aislada el problema de la reproducción ilegal.

Transcurrida una década larga desde la entrada en vigor en España de la Ley de Propiedad Intelectual, la defensa de los derechos de autor frente a la reprografía ilegal ha progresado considerablemente frente a la amenaza de la fotocopia ilegal de textos, aunque todavía no se haya logrado una solución completa y satisfactoria. Simultáneamente, surgen y se desarrollan a enorme velocidad cambios tecnológicos (amenazantes para los derechos de autor) que se deben afrontar con decisión, firmeza y, tal como se hizo en el pasado, con imaginación y creatividad, para integrar definitivamente en el progreso de la ciencia y la tecnología los derechos legítimos de propiedad intelectual.

Estos párrafos, que pertenecen a la presentación del "Libro Blanco de CEDRO", resumen la creación y objetivos de esta entidad sobre la que deseamos ampliar información con su presidente, Juan Mollá, el primer autor que, en aplicación de la alternancia regulada por sus estatutos, accede a ese puesto después de once años de vida activa de la organización.

Juan Mollá fue consensuado por todas las asociaciones de autores presentes en CEDRO y votado favorablemente por las de editores.

J. Mollá.- CEDRO es una organización que por su esencia contribuye de forma fundamental a la cultura. Desde 1989 potenciamos y protegemos el trabajo de los creadores españoles, defendiendo sus derechos patrimoniales mediante la lucha contra la reprografía ilegal y les compensamos por ese uso ilícito que se hace de sus obras.

Además, nuestra entidad tiene una importante función social que se materializa en un amplio programa de servicios para los asociados, dirigidos, principalmente, a su formación, promoción y asistencia. En los más de once años de existencia de nuestra entidad, hemos destinado cerca de 1.500 millones a esta tarea.

Pregunta.-¿Cuál es la principal dificultad a la que se enfrenta esta entidad?

JM.- Sin duda, la fotocopia ilegal. El compromiso de CEDRO con los creadores y con la sociedad implica evitar esta práctica ilegal que perjudica seriamente a autores y editores y al progreso de la cultura. Nuestra organización no es un freno a la difusión cultural; al contrario, acabando con la reproducción ilegal se fomenta la aparición de nuevos autores, editores y libros.

P.-¿Qué medidas han puesto en marcha para luchar contra la reprografía ilegal?

JM.- Nuestro trabajo consiste en lograr el pleno respeto a los derechos de autor, consagrados en la Ley de Propiedad Intelectual de 1987. Por eso, continuamente hacemos campañas de sensibilización; sin la toma de conciencia por parte del ciudadano será muy difícil terminar con este problema.

Sabemos que en nuestra sociedad la fotocopia se ha convertido en una herramienta de trabajo y CEDRO no está en contra de ello. Sólo pretendemos alcanzar el justo equilibrio entre la necesidad de la fotocopia como instrumento para acceder a la cultura y el respeto a los derechos de autor. Y por ello autorizamos la reproducción de obras mediante una licencia, único medio para alcanzar ese equilibrio.

En más ocasiones de las deseadas o no se respetan las condiciones de esas licencias o no se solicitan y por eso tenemos que recurrir a la justicia para que ponga fin a esos casos de reprografía ilegal.

También controlamos que en los establecimientos donde se fotocopia se haga legalmente y recibimos las denuncias que los ciudadanos nos comunican de los casos de reprografía ilegal de los que tienen conocimiento.

P.-¿Cómo afecta la fotocopia ilegal al mundo de la creación y la edición?

JM.- En España se fotocopian 4.812 millones de páginas de material protegido sin el permiso de sus autores, lo que supone un 18,5 por 100 de las páginas que se fotocopian.

Las consecuencias de esta realidad son, evidentemente, negativas. Principalmente por la desmotivación de la actividad creadora y editorial, piedras angulares para el desarrollo de la cultura, cuyo difusor por excelencia es la obra impresa. Muchos proyectos editoriales no ven la luz o se frustran debido a la reprografía ilegal, con lo que se provoca un perjuicio para todos.

Cuantificar económicamente las pérdidas que genera la fotocopia ilegal es muy difícil. Por los resultados de nuestro último estudio estimamos que más de 48.000 millones de pesetas se pierden por esta causa.

P.- ¿Qué retos que se le presentan a CEDRO?

JM.- Los adelantos tecnológicos traen de la mano nuevas formas de reproducción. Nuestro reto es la consagración del derecho de autor en el marco de las nuevas tecnologías, sin olvidarnos, naturalmente, de los sistemas de reproducción tradicionales. CEDRO debe ser capaz de conseguir que la actividad creadora y editorial se desarrolle sin trabas ni cortapisas en cualquier medio de expresión.

P.- ¿Internet puede ser una cortapisa?

JM.- Bueno, por el momento y, a pesar de todos los debates que se generan alrededor de este tema, no hay nada claro. Algunos sectores propugnan que en la red desaparecen no sólo los derechos patrimoniales de los creadores sino también los morales. A lo que se debe de llegar en Internet es a que las obras no sean manipuladas ni copiadas sin la autorización de sus titulares de derechos. Internet no debe aceptarse como una "tierra de nadie" donde cualquier obra pueda ser manipulada y copiada a voluntad.

P.- ¿Y cómo...?

JM.- Internet es una red mundial, por lo que es necesario llegar a acuerdos mundiales para proteger los derechos de autor y que se materialicen en cada una de las legislaciones nacionales. También es necesario que existan entidades que se encarguen de gestionar y velar por la protección de esos derechos y que cuenten con los mecanismos técnicos necesarios para controlar los usos que se hagan de las obras en la red.

P.-¿CEDRO puede realizar esa gestión?

JM.- Por el momento no. CEDRO gestiona los derechos de reproducción reprográfica (fotocopias), pero estamos reformando los estatutos de nuestra entidad para que podamos actuar en los casos de reproducción ilegal a través de fax, escáner, Internet...

 


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