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ANDRÉS GARRIDO


Lluís Coloma es de los mejores músicos de boogie woogie de Europa (foto: Goio Villanueva)
Lluís Coloma es de los mejores músicos de boogie woogie de Europa (foto: Goio Villanueva)
 

XVII FESTIVAL DE JAZZ DE SAN JAVIER

Y el blues tomó San Javier 

El pianista catalán Lluís Coloma desató los espíritus del boogie woogie, mientras el norteamericano Lucky Peterson subió más la temperatura de un auditorio enloquecido con estos ritmos 

Lucky Peterson dirigiendo al auditorio (foto: Goio Villanueva)
Lucky Peterson dirigiendo al auditorio (foto: Goio Villanueva)
 

Cuarta jornada en Jazz San Javier 2014, en la que ya se iniciaban los programas dobles, tan habituales en esta cita veraniega. Cuando todavía estamos digiriendo lo que hemos presenciado en los tres primeros días de esta XVII edición, el festival nos preparó una doble sesión con uno de los géneros que más gustan a los aficionados que asisten al mismo: el blues. Y dos nombres bien diferenciados, pero no distantes: el español Lluís Coloma y su septeto, más dado a profundizar en el boogie woogie (donde está considerado como uno de los mejores), y el guitarrista, organista de Hammond B3 y cantante norteamericano, Lucky Peterson. Menudo programa musical para comenzar un fin de semana de auténtico verano, a orillas del Mar Menor en la Región de Murcia.  

El pianista catalán Lluís Coloma está considerado uno de los mejores pianistas europeos de boogie woogie y blues, géneros en los que el músico se mueve con una facilidad pasmosa, haciendo de sus conciertos un auténtico disfrute. En esta ocasión, Coloma llegó acompañado de una banda de primer orden, integrada por Jaume Badrenas, saxo barítono; Marc Sort, saxo tenor; Jordi Prats, saxo alto; David Pastor (que regresará en esta edición formando parte de la Sedajazz), trompeta; Manolo Germán, contrabajo; y el baterista Marc Ruiz. Siete endiablados reyes del ritmo que supieron remover al público en sus butacas. Un concierto que se inició con “Bills apart” y “Going in Malaysia”, a modo de aperitivo de lo que Lluís Coloma y su grupo iban a desplegar desde el escenario.  

El cuarteto de viento que acompaña a Coloma: David Pastor, Jordi Prats, Marc Sort y Jaume Badrenas (foto: Goio Villanueva)
El cuarteto de viento que acompaña a Coloma: David Pastor, Jordi Prats, Marc Sort y Jaume Badrenas (foto: Goio Villanueva) 

Los saludos de rigor de Coloma y presentación de la banda, de la que destacaría a la sección de viento, que se convirtieron en la auténtica avanzadilla de un comando musical dispuesto a hacer disfrutar a todo bicho viviente presente en el Parque Almansa. Y lo lograron, con creces. Coloma ha convertido este auditorio, en todas sus visitas anteriores, en un frenesí rítmico como aún recordamos muchos de nosotros en su actuación junto al norteamericano Barrellhouse Chuck, en un duelo de pianos que dejó un espectáculo imborrable en la edición de 2010. Y siempre con ese propósito, el pianista español dejó un poco de respiro interpretando una balada de tiempos medios titulada “Slowly in Gravity”, para retomar de inmediato con “Ritual” los ritmos frenéticos, en los que el cuarteto de viento protagonizaba los fraseos más espectaculares al tiempo que la mano izquierda de Coloma marcaba el tiempo. 

Aunque Lluís Coloma se mueve sobre todo en terrenos del boogie woogie, también lo hace en los del blues, como mostró en “Slow Sunset Blues”, abordando el tema desde el Hammond B3 y creando un inequívoco ambiente de club sureño. Y vuelta al boogie con otra pieza que incitaba a mover los pies sin freno: “Campi Qui Boogie”. Y continuaría con “New blues”, antes de abordar una pieza basada en “El vuelo del moscardón”, de Rimski-Kórsakov, titulada “Bumble boogie”.  

El septeto de Lluís Coloma  (foto: Goio Villanueva)
El septeto de Lluís Coloma (foto: Goio Villanueva) 

El público que asistía al concierto de Coloma estaba ya, a estas alturas de la actuación, mimetizado con el pianista y su grupo. Cada solo, cada fraseo era aclamado y premiado con aplausos del auditorio, que mostraba su disfrute en la noche del viernes. Lluís Coloma y sus chicos querían que la fiesta continuara, por lo que atacaron dos piezas más al efecto: “Longhair’s Tribute” y “Fire Fingers”.  

De nuevo un respiro para todos, público y cuarteto de vientos, con una balada compuesta también por el propio Coloma y dedicada a su abuela: “En el Central” (en alusión al Café Central de Madrid, en el que Coloma ha tocado en muchas ocasiones grabando, incluso, uno de sus discos). Y el final, con una largo tema, “Cromatic boogie”, en el que Lluís Coloma dio amplio espacio a sus músicos. Y no hubo más, a pesar de que guardaba en su lista un par de bises que no sonaron, debido a que otra figura del blues esperaba su turno. Nuevo éxito, pues, del pianista Lluís Coloma y su Septeto que animaron, y mucho, el comienzo de esta cuarta jornada del XVII Jazz San Javier, primera de las que conforman las sesiones dobles

El quinteto de Lucky Peterson  (foto: Goio Villanueva)
El quinteto de Lucky Peterson (foto: Goio Villanueva) 

La segunda parte iba a tener un tinte bien distinto aunque, como les indiqué al principio, no distante. Apodado “El Príncipe del Blues”, Lucky Peterson regresaba a San Javier para presentar temas de su último disco en el mercado, titulado “The son of a bluesman”. Y lo hizo dispuesto a crear espectáculo, como en otras ocasiones, y arropado por un cuarteto de máxima calidad, integrado por el guitarrista Shaw Kellerman; Marvin Hollie, en los teclados; Tim Waites, bajo eléctrico de seis cuerdas; y el baterista hispanoamericano Raúl Valdés. Un grupo que dejó constancia inmediata de su potencial sonoro y artístico en la presentación de su líder y con el quinteto en el escenario, a través de “Boogie Thang”, que fue como si Lucky Peterson avisara a los presentes: “Preparaos, que vais a vivir una experiencia inolvidable”.  

Peterson es músico y persona querida en este auditorio y él responde al mismo nivel. Le gusta este público y lo demuestra en sus conciertos, creando espectáculo y diversión. Por eso había que mantener –e incluso hacer crecer– aquel “clímax” reinante en el Parque Almansa, que previamente habían conseguido Lluís Coloma y sus muchachos. Así es que la banda atacó “Funky Broadway”, “I Can See Clearly Now”, “It Ain´t Safe” o “Trouble”, piezas con las que Peterson y su grupo pusieron al público al borde de un ataque de ritmo.  

El músico nacido en Buffalo, Estados Unidos, no sólo es un consumado organista, compositor y cantante, sino que también se mueve muy bien con las seis cuerdas de su guitarra Hofner, con la que Peterson se fue hasta las gradas para interpretar varias piezas desde diferentes lugares del auditorio. Primero una mezcla, “Locked Out Of Love”, durante la cual la cuerda primera saltó por los aires (tal vez por la emoción de tanto frenesí rítmico) y que el músico apartó rápidamente para que no estorbara (un trofeo de guerra que se llevó una chica del público). Como si nada hubiera ocurrido (y así fue), Lucky se desplazó desde las primeras filas hasta el pasillo central del auditorio y, desde allí, lanzó su voz potente (sin microfonía) en “Lil Red Rooster”, al que el público acompañaba con sus coros. Un poco más hacia la zona A del anfiteatro, y allí otra pieza conocida por todos los asistentes: “Johnny B. Goode”, que terminó por convertir el lugar en un santuario de culto al blues.  

De regreso al escenario, Peterson dejó la guitarra y volvió al Hammond regalando “Lucky In Love”, un breve descanso, antes abordar el final de su concierto en la presente edición de Jazz San Javier con otro tema de mucho ritmo y haciendo un guiño a su predecesor de la noche, Lluís Coloma: “Boogie House Party”. El delirio colectivo se hizo patente. Lucky saludaba a todos, mientras enfilaba la salida del escenario y con las últimas notas que su grupo dejaba sonar. Los asistentes, que casi llenaban el auditorio, pedían más y más. Y el músico –que siempre ha sido muy generoso con sus seguidores en San Javier– regresó al escenario para regalar unos minutos más de su espectáculo y música.   

El público lo agradecía y Lucky Peterson y su banda dejaron sonar “Spaneesh Phunk” y “Sweet Home Chicago”, con las que, ahora sí, se despedían del XVII Jazz San Javier mientras el público les mostraban su respeto y admiración.   

En resumen, una noche para el espectáculo y ritmo a través de las actuaciones del pianista catalán Lluís Coloma y su Septeto, más la del guitarrista, organista y cantante norteamericano Lucky Peterson, con piezas de boogie y blues que se adueñaron de todo San Javier. La próxima cita con dos conciertos diferentes, a cargo del grupo francés Pink Turtle y del organista norteamericano –y leyenda viviente del género– Booker T. Jones. Naturalmente, se lo contaremos en OPINAR. 12 julio 2014  

Uno de los momentos en los que Perterson anduvo entre el público (foto: Goio Villanueva)
Uno de los momentos en los que Perterson anduvo entre el público (foto: Goio Villanueva) 

 


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